Carta al Mercurio.
Cónyuges de diplomáticos
Señor Director:
Pocos han observado -y lamentablemente a no muchos parece importarles- la difícil realidad a que se ven enfrentados los cónyuges de diplomáticos de Chile en el exterior.
Resultan evidentes las limitaciones respecto a las posibilidades de desempeñarse profesionalmente, debiendo pasar por barreras idiomáticas, culturales, académicas y continuos cambios, que hacen imposible ofrecer continuidad laboral y utópico pensar en obtener un adecuado puesto de trabajo. Asimismo, una discriminación innegable es el impedimento al otorgamiento de asignación familiar en el caso de funcionarias con cónyuges varones.
Con seguridad son muy pocos aquellos que reparan en la obligación que le asiste al cónyuge del diplomático de apoyar la labor de representación que a este último le corresponde realizar. Y esto no debe ser trivializado. Aquellos que conocen el mundo del diplomático saben muy bien que su gestión resulta relevante en las negociaciones internacionales y que, en el caso de Chile, ha redundado en una exitosa inserción en el concierto mundial. Pero esta tarea no la hace solo el funcionario. Dejar bien puesto el nombre de Chile requiere de un trabajo mancomunado, en que participan tanto el funcionario como su cónyuge, aportando este último una importante dosis de trabajo y dedicación.
Nos parece de toda justicia que nuestra labor cuente con un reconocimiento, el cual debe pasar por una compensación por la permanente dedicación al servicio de nuestra patria.
ROSANNA BELLOLIO PASINI
Presidenta
Asociación de Cónyuges de Diplomáticos de Chile
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