jueves, agosto 10, 2006

CARTA AL MERCURIO

Estimadas personas respetuosas:

En esta discusión aparece de manera recurrente el estereotipo y la descalificación infundada. Muchos de los que han opinado han tenido algún contacto con el quehacer diplomático, principalmente a través de breves escenas generadas por la cinematografía de Hollywood. No es el caso de las familias de diplomáticos chilenos.

No debemos perdernos en la pobreza moral e intelectual a la que recurren o están condenados algunos personajes, de modo que es muy importante hacer algunas precisiones:
El punto de fondo en este asunto es si los cónyuges de diplomáticos aportan o no a la función diplomática. Si ello es así, la remuneración no solo es procedente sino que constituye una deuda social. Si no es así, no procede la otorgación de remuneración ni nada que se le parezca.
Es un hecho objetivo que en el rol de cónyuges se exige su participación en apoyo de Relaciones Públicas y en un tema clave y cada vez más reconocido como son las redes de contactos.

Es un hecho objetivo que también los cónyuges que ostentan alguna profesión u oficio se ofrecen o son requeridos para aportar su experiencia previa en numerosas oportunidades.

La organización de eventos sociales que buscan potenciar las redes de contacto previamente mencionadas, recae casi indefectiblemente en obligaciones de las o los cónyuges, a riesgo de contaminar el proceso de evaluación de los funcionarios diplomáticos.

La participación, en representación de Chile, en eventos en el extranjero es una exigencia implícita que se viene a conocer sólo al vivir en el extranjero.

Los 4 puntos anteriores debieran bastar, sin embargo, no puedo dejar de mencionar que es muy difícil imaginar que destinos son alcanzables y que tipo de restricciones se vivirán en el extranjero. De esta manera, lo obvio sería compensar esta falta de información hacia los cónyuges y que tiene una incidencia capital en el curso de su vida familiar y profesional.

Otro punto nada menor es la situación en que quedan expuestas aquellas personas que deben experimentar una ruptura familiar en el extranjero: sin recursos, sin apoyo familiar ni legal. La imaginación más fecunda siempre es superada por la realidad.

Los periodos de adaptación al entorno laboral hacen muy poco viable encontar trabajo al salir y también al regresar a Chile, como ya se ha señalado.

Expuestos los puntos anteriores, resulta evidente que lo expuesto por la Sra. Rosanna Bellolio es además de razonable, justo.
Fuera del punto central, es conveniente realizar otras puntualizaciones:
Es impresentable que a la Sra. Rosanna Bellolio, Presidenta de ACODICH o a culaquier otro miembro de la Directiva, se le enrostre el no hacerse cargo de los problemas de otras agrupaciones, asociaciones y gremios, ella fue electa de la forma que prescriben los Estatutos de esa Asociación y le corresponde representar sólo a sus socias y socios.
Es claro que contraer matrimonio con diplomática o diplomático no constituye renuncia a la justicia.

Una sugerencia para resolver la problemática planteada es generar plazas laborales para las y los cónyuges de diplomáticos chilenos en las representaciones chilenas en el exterior, acordes con las necesidades de las sedes y de los perfiles de las personas. De ninguna manera es deseable generar trabajo ficticio ni nutrir a parásitos.
El problema del desarraigo de los hijos, que ya ha sido mencionado, incluye problemas de convalidación de estudios, costos por apoyo psicoterapéutico, costos por aprender el idioma Castellano, costos por aprender la historia de Chile y otros que invariablemente repercuten en todos los integrantes del grupo familiar.

En cuanto a los comentarios resentidos, sarcásticos, infundados, sexistas y mal intencionados, ellos no merecen mi respuesta.A título personal, aprovecho esta oportunidad para destacar especialmente la abnegada labor que cumplen cientos de señoras de diplomáticos, quienes hasta la fecha han debido soportar muchas situaciones inconfortables y que aún encuentran muy poca comprensión de su realidad.

Eduardo González Császár
Protesorero ACODICH
Ingeniero Civil Electricista (U. Chile)
Doctor of Philosophy in Electronic and Electrical Engineering (UCL, Londres)